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Ya le hemos contado qué ver en Turín en un solo día, y las sugerencias son ciertamente válidas también para un viaje de varios días, por ejemplo un fin de semana de viernes a domingo. Con un poco más de tiempo a su disposición, y por lo tanto con un turismo más lento y dilatado, le recomendamos que también se entretenga en los diversos lugares culturales y naturales de Turín, espléndidos museos y pulmones verdes donde escapar del mundanal ruido y respirar historia, arte y buen aire.
Empecemos por decirle que una visita a fondo a este museo le llevaría probablemente una semana, gracias a una colección permanente de unos 6.500 objetos arqueológicos que abarcan un periodo que va desde el Paleolítico hasta la época de los cristianos nativos de Egipto y que incluye momias, estatuas, sarcófagos, papiros, objetos funerarios, amuletos y joyas.
Alojado hoy en el Palacio de la Academia de Ciencias, el Museo Egipcio de Turín debe su nacimiento a una primera adquisición de casi 6 mil hallazgos, en 1824, por parte del rey Carlo Felice de Saboya, que dio vida al primer Museo Egipcio del mundo.
Sin duda, el centro cultural más importante de Italia dedicado a la historia del cine desde sus orígenes hasta la actualidad, el Museo Nacional del Cine se ha caracterizado siempre por una disposición museística muy especial, que permite al visitante una experiencia tan envolvente que le hace pensar que está literalmente inmerso en la Historia del Cine.
Proyecciones, vídeos, decorados, atrezzo, carteles, documentos raros y libros componen la colección permanente del museo, que recorre la historia de este arte desde los pioneros hasta la actualidad.
Alojado en el interior de la Mole Antonelliana, símbolo de la ciudad, el Museo asciende en espiral, en varios niveles de exposición: la experiencia más insólita está en la Sala del Templo, donde los visitantes, estirados en chaise longues rojas, se ven catapultados al cine, gracias a las proyecciones a gran escala que pueden ver.
El Museo también acoge periódicamente interesantes exposiciones temporales, además de promover continuas actividades educativas para los colegios.
Un pulmón verde a pocos pasos del centro histórico, donde torineses y turistas pueden descansar del tráfico y el ruido de la ciudad, paseando (o en bicicleta, gracias a los carriles bici) por sus más de 421.000 metros cuadrados de vegetación y agua.
Situado a lo largo de las orillas del río Po, el Parque Valentino alberga una notable variedad de patrimonio natural, tanto en flora como en fauna. Será muy fácil encontrarse con muchas ardillas grises, nada intimidadas por la gran cantidad de gente, al contrario, en constante búsqueda de alimento.
A un lado del parque se encuentra el característico Borgo Medievale de Turín, una reproducción del siglo XIX de un pueblo medieval a orillas del río con casas, tiendas, un castillo y jardines, creado para resaltar las tradiciones históricas y culturales del Piamonte.
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