Desde hace siglos, miles de peregrinos recorren cada año el Camino con un sueño por cumplir: llegar a la capital de Galicia y entrar en su famosa catedral, según la tradición, este monumento alberga los restos del Apóstol Santiago, descubiertos en el siglo IX. Sin embargo, Santiago de Compostela es una ciudad muy viva, con muchos otros motivos que fascinan a los turistas, peregrinos y no peregrinos: innumerables restaurantes y bares donde degustar el delicioso marisco de Galicia, un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, propuestas de arte contemporáneo… Hay muchas actividades que hacer en esta ciudad, que combina su historia con un lado más joven y moderno.
La vida en torno a la Catedral
Si hay un lugar especial en Santiago, es la Plaza del Obradoiro, la vida de la ciudad parece girar en torno a este lugar, donde se encuentran la Catedral, el Palacio de Raxoi y el lujoso Hostal de los Reyes Católicos, del que se dice que es el hotel más antiguo del mundo, en la misma plaza, es habitual ver a los peregrinos sentados, acompañados de sus inseparables bastones y conchas. Después, toca explorar la Catedral: contemplar el Pórtico de la Gloria, dar un abrazo a la figura de Santiago en el Altar Mayor, bajar a la cripta, subir a los tejados (¡qué vistas!) y, con un poco de suerte, ver el botafumeiro en funcionamiento, ya que sólo oscila en determinados días festivos o bajo petición.
Cerca de la Catedral, cada paso es un descubrimiento, de hecho, hay otras plazas con encanto, como la Plaza de Praterías (con la más bella vista de la Berenguela, el campanario) o la Plaza de Quintana con su fantástica escalinata, y otros monumentos como el imponente Monasterio de San Martiño Pinario. Lo curioso es que hasta los puntos más alejados de la ciudad parecen estar pensados para admirar la Catedral, es el caso del apacible Parque de la Alameda y del mirador del Monte do Gozo, con sus esculturas de peregrinos que aparecen en muchas fotografías.
Gastronomía y modernidad
Para disfrutar de los mejores aromas y sabores y descubrir por qué Galicia es famosa por su buena comida, acérquese al Mercado de Abastos, el segundo lugar más visitado de la ciudad. Aquí podrá comprar y degustar marisco fresco, queso o pimientos de Padrón, o probar la famosa «cocina en miniatura», el verdadero ambiente de Santiago se respira también en las calles Franco y Raiña, en pleno casco antiguo, donde gallegos y visitantes tapean desde siempre y en cuyos restaurantes se puede degustar pulpo «a feira», vieiras, torta de Santiago o vinos como el Albariño, considerado uno de los mejores blancos del mundo.
Más allá de las calles estrechas, las casas de piedra y los palacios, se puede apreciar el lado más moderno de Santiago, gracias a su entorno universitario, las galerías de arte y, sobre todo, dos lugares: el Centro Gallego de Arte Contemporáneo y la Cidade da Cultura, diseñada por el neoyorquino Peter Eisenman y uno de los ejemplos más sorprendentes de la arquitectura gallega contemporánea, para muchos, recorrer el Camino y llegar a Santiago es una aventura que cambia la vida y, efectivamente, esta ciudad tiene algo de encantador.
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