La Costa del Sol se erige como uno de los destinos preferidos de cualquier visitante que busque belleza, naturaleza, sol y playa. Y es que pocos momentos más mágicos pueden existir que disfrutar una puesta de sol bajo aguas cristalinas. Pero es que su variada oferta turística no se limita a sus playas. Nos encontramos ante un territorio con multitud de parajes en los que disfrutar de un amplio surtido de actividades ya sea solo, en pareja o junto a los más pequeños de la casa. Que nadie se baje de este barco porque da comienzo nuestro paseo con destino a la Costa del Sol.
Si hay algo que, más allá del sol y la playa, caracterice a la Costa del Sol es su turismo rural. Esta comarca andaluza nos ofrece una amplia variedad de viviendas situadas en idílicos entornos en mitad de la naturaleza, destacando sobre el resto las casas rurales en Málaga.
Parques naturales como el de Sierra de las Nieves o entornos como el famoso Caminito del Rey son buenos ejemplos de ello. Pero si ya has visitado esos lugares, también puedes buscar una casita rural cerca de parajes tan maravillosos como los Dólmenes y el Torcal de Antequera. Si te llaman la atención las formaciones kársticas, originadas por el paso del tiempo y la erosión del agua, son lugares que debes visitar. Sin lugar a duda, tras recorrer todos su recovecos, regresarás a la rutina con las pilas absolutamente cargadas.
¿Tienes la cámara de fotos a mano? Perfecto. El siguiente paraje de la Costa del Sol a descubrir no es otro que… ¡Sus playas! La Costa del Sol es una de las más extensas de nuestro país. Cuenta con más de 150km de playa, bañados por el mar mediterráneo. Aguas cristalinas, arena fina y blanca y 325 días de sol al año. ¿Qué más se puede pedir?
No te pierdas la Playa de Calahonda en Nerja, donde destaca su cala de grava gruesa de color oscuro, la playa del Castillo en Ejido, Fuengirola, la Playa de Cabopino marbellí, la del Cristo (Estepona), Puerto Banús (Marbella) ni el Bajondillo en Torremolinos. Mención especial se merecen la Playa de Maro, una verdadera joya natural, nombrada mejor playa de Andalucía en 2013 y La Malagueta, popular por encontrarse a un paso del centro de Málaga.
Como podéis leer, la oferta resulta tan apetecible como interminable. Y es que así podríamos continuar hasta enumerar las más de 125 playas que componen la Costa del Sol.
Uno de los grandes atractivos de la Costa del Sol, después de su gente, son los pueblos blancos que bañan su costa. Fachadas encaladas de blanco inmaculado, una explosión de coloridas macetas o sus calles estrechas y sinuosas. Son muchas las señas de identidad de tan hermoso territorio ¿Quieres conocer algunos ejemplos? Síguenos por este sorprendente viaje a lo largo y ancho de la Costa del Sol más occidental.
– Genalguacil, ¡pura belleza!: Genalguacil, también conocido como el pueblo museo por sus obras de arte al aire libre, es una localidad que se encuentra situada en pleno corazón de la Serranía de Ronda. Su peculiar estructura urbana, herencia clara de la huella árabe, se contrapone con un empinado terreno que acoge, desde hace centenares de años, su blanco e impoluto caserío. También cuenta con una de las etapas de la Gran Senda, famosa ruta de senderismo de 650 km de longitud. Por si fuera poco, es considerada como una de las localidades más hermosas de Andalucía gracias a diversos spots publicitarios.
– Casares, blanca y hermosa: Sin lugar a dudas estamos ante una de las estampas más típicas de Andalucía. Este pueblo, situado en el límite con la provincia de Cádiz, es ejemplo claro del estereotipo de pueblo blanco. Gastronómicamente hablando, destaca su popular y tradicional tostón de castañas. Tampoco podemos olvidar que se trata del lugar de nacimiento del padre de Andalucía, Blas Infante.
– Nerja, el Balcón de Europa: Poco podemos decir que no se sepa ya de Nerja. Todo un clásico de la Costa del Sol, cuyo boom llegó en los 80 gracias a la mítica serie Verano Azul. Su impactante panorámica desde el Balcón de Europa, su famoso parador, las espectaculares Cuevas de Nerja o sus excursiones en kayak por los acantilados de Maro son solo algunas de sus muchas señas de identidad.
– Frigiliana, el pueblo blanco: Llegamos a otros de esos pueblecitos con encanto de la Costa del Sol. Calles estrechas, escaleras con geranios y un casco histórico de los mejores conservados de toda Málaga son algunos de los puntos clave de su carta de presentación. Un lugar perfecto para pasar unos días en sus acogedores y pintorescos alojamientos rurales.
– Mijas: Mijas es uno de esos lugares donde se respira Costa del Sol por los cuatro costados. Se trata de un pueblo de interés histórico y artístico, en el que el casco histórico nos transporta a la época musulmana. Un entorno pensado para callejear, pudiendo encontrar elementos como la ermita de la Virgen de la Peña o la antigua muralla, uno de los miradores más bonitos de la Costa del Sol.
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